Por Pedro Hernán Suárez
De acuerdo con las proyecciones del Departamento Administrativo Nacional de Estadística DANE, en el municipio de Neiva para el año 2010 la población menor de 24 años está estimada en 150.945 habitantes, que representan el 45.7% de los 332.810 residentes en la ciudad.
Dentro de esta población se encuentran los niños, adolescentes y jóvenes, que corresponden a la mitad de la población neivana y necesariamente se clasifican como el futuro de nuestra sociedad y son los llamados a liderar en corto tiempo el desarrollo social, económico y político de la capital huilense.
Política municipal
A pesar de lo importante que es esta población, lamentablemente no existe una política municipal clara para atender a tan significativo grupo poblacional, el cual considero el más vulnerable a los vicios y males de la sociedad moderna, entre los que se cuentan la prostitución, la violencia intrafamiliar, el abuso sexual, la drogadicción, el alcoholismo, la delincuencia organizada, las pandillas juveniles, la deserción y repitencia escolar, por mencionar algunos.
Recientemente vimos asombrados como niños de 11 y 15 años protagonizaron un atraco y asesinato a sangre fría contra un ciudadano residente en Neiva, demostrando el avanzado estado de deterioro en que se encuentran los valores en algunos niños y jóvenes de la localidad. Queda uno igualmente asombrado al ver por las calles de la ciudad niños inhalando pegante, a jóvenes consumiendo droga en cualquier esquina y por todo Neiva la proliferación de delincuentes callejeros menores de 18 años, que atracan y roban como profesionales del hampa.
Responsabilidad
Pero el verdadero problema no está solo en las calles, también nos cabe a todos los adultos un grado de responsabilidad al no ser capaces de liderar la transformación que la ciudad requiere para atender con prioridad a tan vulnerable población.
Gobiernos locales anteriores hicieron el esfuerzo. Héctor Javier Osorio con el programa “Jóvenes a lo Bien”, aunque con errores en su formulación, logró liderar procesos encaminados a brindar apoyo a los jóvenes neivanos en lo cultural, deportivo y económico.
Por su parte Cielo González Villa, impulsó el programa “No te madures biche”, dirigido igualmente a atender con prioridad la problemática juvenil, con relativo éxito en sus propósitos. Pero actualmente poco se hace para consolidar un proyecto encaminado a resolver la problemática juvenil, y menos se avanza en atender la adolescencia y la niñez con la seriedad y la responsabilidad que requiere tan delicado tema.
Considero que Neiva requiere con urgencia la formulación de un Plan Estratégico de Desarrollo para la Infancia, Adolescencia, Juventud y Familia, herramienta de planificación que diagnostique la verdadera situación de esta población y que defina objetivos claros, políticas coherentes, estrategias efectivas, programas realizables y metas cuantificables y medibles, que le apunten a resolver de una vez por todas la preocupante situación que hoy viven nuestro niños y jóvenes. La violencia no es asunto de niños, pero nuestra indiferencia los está perjudicando.
De acuerdo con las proyecciones del Departamento Administrativo Nacional de Estadística DANE, en el municipio de Neiva para el año 2010 la población menor de 24 años está estimada en 150.945 habitantes, que representan el 45.7% de los 332.810 residentes en la ciudad.
Dentro de esta población se encuentran los niños, adolescentes y jóvenes, que corresponden a la mitad de la población neivana y necesariamente se clasifican como el futuro de nuestra sociedad y son los llamados a liderar en corto tiempo el desarrollo social, económico y político de la capital huilense.
Política municipal
A pesar de lo importante que es esta población, lamentablemente no existe una política municipal clara para atender a tan significativo grupo poblacional, el cual considero el más vulnerable a los vicios y males de la sociedad moderna, entre los que se cuentan la prostitución, la violencia intrafamiliar, el abuso sexual, la drogadicción, el alcoholismo, la delincuencia organizada, las pandillas juveniles, la deserción y repitencia escolar, por mencionar algunos.
Recientemente vimos asombrados como niños de 11 y 15 años protagonizaron un atraco y asesinato a sangre fría contra un ciudadano residente en Neiva, demostrando el avanzado estado de deterioro en que se encuentran los valores en algunos niños y jóvenes de la localidad. Queda uno igualmente asombrado al ver por las calles de la ciudad niños inhalando pegante, a jóvenes consumiendo droga en cualquier esquina y por todo Neiva la proliferación de delincuentes callejeros menores de 18 años, que atracan y roban como profesionales del hampa.
Responsabilidad
Pero el verdadero problema no está solo en las calles, también nos cabe a todos los adultos un grado de responsabilidad al no ser capaces de liderar la transformación que la ciudad requiere para atender con prioridad a tan vulnerable población.
Gobiernos locales anteriores hicieron el esfuerzo. Héctor Javier Osorio con el programa “Jóvenes a lo Bien”, aunque con errores en su formulación, logró liderar procesos encaminados a brindar apoyo a los jóvenes neivanos en lo cultural, deportivo y económico.
Por su parte Cielo González Villa, impulsó el programa “No te madures biche”, dirigido igualmente a atender con prioridad la problemática juvenil, con relativo éxito en sus propósitos. Pero actualmente poco se hace para consolidar un proyecto encaminado a resolver la problemática juvenil, y menos se avanza en atender la adolescencia y la niñez con la seriedad y la responsabilidad que requiere tan delicado tema.
Considero que Neiva requiere con urgencia la formulación de un Plan Estratégico de Desarrollo para la Infancia, Adolescencia, Juventud y Familia, herramienta de planificación que diagnostique la verdadera situación de esta población y que defina objetivos claros, políticas coherentes, estrategias efectivas, programas realizables y metas cuantificables y medibles, que le apunten a resolver de una vez por todas la preocupante situación que hoy viven nuestro niños y jóvenes. La violencia no es asunto de niños, pero nuestra indiferencia los está perjudicando.
